Los humanos somos, en esencia, creadores de patrones. Nuestras mentes se deleitan descubriendo elementos repetitivos en todo lo que vemos a nuestro alrededor, desde las escamas de las serpientes y los pétalos de las flores hasta las rugosas cimas entrecruzadas de las montañas desérticas. El reconocimiento de patrones es, en cierto modo, nuestro fuerte. Así que no es de extrañar que a lo largo de la historia y alrededor del mundo, las culturas hayan revestido todo, desde paredes y suelos hasta ellos mismos, con los cuadros alternos de color o tono que conocemos como "cuadros".
Vamos a sumergirnos profundamente en el atractivo global que desafía tendencias de este patrón atemporal.
Eschec mate
Arqueólogos e historiadores del arte han encontrado patrones a cuadros en antiguos jeroglíficos egipcios y cerámica, y tejidos en tela que datan de milenios atrás. Y, por supuesto, los tableros de juegos han jugado un papel en su longevidad, también. El motivo adquirió su nombre común alrededor del siglo VII, de Shah, la antigua palabra persa para rey, derivada de un antecesor lejano del ajedrez jugado en un tablero que se vería bastante familiar hoy en día. El juego migró a la Europa medieval, y para el siglo XI, era conocido en Francia como échecs (ajedréz). En español, adoptamos la palabra damero para referirnos a este patrón, claramente haciendo referencia al tablero usado para jugar damas, el mismo que se usa para el ajedréz.
Los cuadros aparecen en la heráldica medieval en escudos de armas y crestas familiares, y pueden encontrarse en banderas desde pistas de carreras hasta regatas hoy en día, debiéndose tanto a su visibilidad inherente como a su pasado marcial, sin duda alguna.
Moda
En la moda, los cuadros han aparecido en todos lados, desde los tradicionales tartanes de los clanes escoceses hasta el eternamente preppy ginghams (que, por sí mismo, data de al menos 400 años atrás). El Buffalo plaid, una variante de cuadro grande en rojo y negro, se convirtió en la elección de los leñadores estadounidenses después de que Woolrich comenzara a producir tela en ese patrón a mediados de 1800. Esta variante es conocida por sus cuadros grandes y colores contrastantes.
En las décadas de 1970 y '80, los cuadros en blanco y negro se volvieron sinónimos del estilo musical ska en Inglaterra y América (simbolizando la unidad racial) — y siguen siendo un básico de moda para hipsters y skaters punk hoy en día.
El pasado junio, Pharrell Williams — megastar del hip-hop y director creativo de la moda masculina de Louis Vuitton — transformó el histórico Pont Neuf de París en una pasarela de cuadros para presentar su colección debut para Louis Vuitton (moda masculina, primavera-verano 2024), presentando trajes, corbatas, abrigos, botas, carteras y más con patrones pixelados que reinterpretan el motivo de cuadros tonales característico de LV (también conocido como el damier) con un estilo fresco, audaz y moderno. Además del mar de afortunados fashionistas que flanqueaban la pasarela en París, el espectáculo fue visto por más de 1 billón de personas en todo el mundo, en el sitio web de LV y a través de medios de comunicación.
Dameros como revestimientos
Los dameros han sido una característica arquitectónica fundamental durante miles de años, comenzando con los antiguos egipcios y romanos.
Fueron populares para espacios grandes y lujosos a lo largo de las épocas renacentista y victoriana, apareciendo en algunos de los palacios y salones de baile más famosos: Versalles, el Palacio de Venaria y el Tsarskoe Selo (residencia de verano de los zares Romanov), solo por nombrar algunos. El suelo de la Abadía de Westminster en Inglaterra fue pavimentado con cuadros de mármol negro y blanco en 1677. También en el siglo XVII, el pintor holandés Johannes Vermeer representó suelos a cuadros en muchas de sus pinturas, colocándolos en diagonal para dar profundidad y drama a la escena.
En América, el siglo XX introdujo el uso extensivo de revestimientos de cerámica en cocinas y baños, inicialmente por sus propiedades higiénicas (facilitando la limpieza en una era donde los gérmenes y bacterias empezaban a ser reconocidos como agentes patógenos), y posteriormente por su durabilidad y la estética que conferían a los espacios de manera accesible. Para la década de 1920, los suelos damero en blanco y negro eran tendencia, y conforme se aproximaban los años '30, tanto los revestimientos como los accesorios del baño se tiñeron de color.
El surgimiento de los pisos de linóleo, que hizo que los dameros fueran más accesibles y fáciles de instalar, mantuvo la popularidad del patrón entre los consumidores hasta mediados de siglo. Los dameros se hicieron presentes en cocinas, vestíbulos y salas de estar. Los espacios públicos también se sumaron a esta tendencia, con dameros adornando los suelos de restaurantes y panaderías, escuelas y bibliotecas.
Dameros de Terrazo
Aunque la época de los suelos de linóleo haya quedado en gran medida atrás, el damero continúa siendo un icono de diseño. Las placas de terrazo de Quadri no solo reviven esta tradición, sino que la enriquecen con una paleta de opciones contemporáneas. Desde la elegante simplicidad de los blends Natural y Negro Alpes en nuestra colección Chromatic, hasta dameros con tonos más tenues como los blends Celadon y Natural. Las posibilidades se expanden hacia opciones más audaces como los blends Ocaso + Rosa. El terrazo aporta una rica herencia a los dameros, fusionando lo clásico con lo moderno en una armonía visual que celebra tanto la historia como la innovación en diseño. Esta mezcla de lo tradicional con lo contemporáneo reinterpreta los dameros, ofreciendo una moderna paleta de expresión en el diseño de revestimientos.
